Todos hemos conocido lo que es una gran tristeza; todos hemos estado en el pozo de la desesperanza y en las profundidades de la desesperación; todos hemos sentido una tremenda soledad creyendo que nunca más volveríamos a estar bien y que la vida pudiera seguir adelante. Y sin embargo. Desde las cenizas resurgió la alegría.
En el fondo sabemos que ninguna experiencia fue en vano, que los momentos de gran incertidumbre contienen una inteligencia suprema, y que a veces tenemos que caer y aceptar la derrota para ser capaces de levantarnos…
Con la tristeza hemos de pararnos, quedarnos a solas con ella y sentirla en el cuerpo, llorar, soltar lo esperado, asumir la pérdida, aceptar lo que es…
Si mientras la sentimos podemos seguir con nuestra rutina diaria vamos bien. Poco a poco irá desapareciendo.
Pero si la tristeza nos paraliza durante mucho tiempo y vamos dejando de hacer cosas con las que antes disfrutábamos, podemos caer en la trampa de la depresión. Entonces necesitamos ayuda. Necesitamos ir a terapia.
.Alberto Martín-Loeches
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