Todos nosotros aprendimos sobre el amor cuando éramos pequeñ@s, con nuestros padres.
Un ejemplo: aunque tu padre fuera invasivo y tu madre victimista, te acostumbraste a ello y ahora buscas algo parecido.
Otro: si tu madre te humillaba o tu padre te ignoraba, ahora posiblemente tiendas a hacérselo a tu pareja.
En cualquier caso, lo que parece claro es que si no ponemos mucha conciencia, estamos destinados a buscar en la otra persona lo que nos faltó con nuestros padres. O a replicar las limitaciones en su relación.
Es triste, pero nos apegamos intensamente cuando lo que faltó está otra vez en juego.
En terapia intentamos ver todo esto, explorar nuestros mapas del amor comprobando como están originados por lo qué nos faltó de pequeñ@s.
Tratamos de aumentar nuestra consciencia mirando cómo se repite eso en nuestras relaciones actuales.
Y entonces, si conseguimos asumir (y llorar) nuestra carencia de amor infantil, tendremos posibilidades de amar de verdad.
Alberto Martín-Loeches
.
.
.
Otras reflexiones interesantes
Buscando el sentido de mi vida
¿Cómo superar una ruptura sentimental?
La diferencia entre el dolor y el sufrimiento
10 cosas que deberías saber sobre la psicoterapia
.
.