Tu sabes que si te tratan injustamente lo sano es recurrir a tu fortaleza interna y enfadarte en vez de sentirte impotente.
En tu infancia, es probable que te hayan reñido cuando te enfadabas y por eso aprendiste a controlarte. Ahora, ni siquiera es sabes cuando estás enfadado. Y las pocas veces que te enfadas, sientes culpa o miedo.
Para salir de ese colapso has de mover tu energía hasta que tu cuerpo aprenda a ser poderoso otra vez y puedas poner límites cuando algo no esté bien para ti.
Si nos dejamos pisotear y sólo complacemos a la gente, acabamos sintiéndonos víctimas indefensas.