Las lágrimas son mariposas que nos muestran una nueva perspectiva y nos acompañan dulcemente a atravesar las noches oscuras del alma.
Las lágrimas alivian nuestra pena y nuestra frustración. Ayudan a que nuestro dolor fluya y no se quede estancado. Son un bálsamo que nos alivia y reconforta en el adiós.
Las lágrimas reblandecen y dulcifican nuestro corazón endurecido recordándonos nuestra necesidad de conexión.
Fuente: A. Belart