Comunicarnos discutiendo los asuntos importantes es la mejor forma de ir apuntalando los cimientos de nuestra relación.
Para esto, las discusiones tienen que ser concretas, hablando de solo UNA cosa cada vez. Hay personas que acumulan, acumulan, acumulan y , en un momento dado, explotan por una tontería y se ponen a discutir todo a la vez y a desahogarse. Con ese formato no conseguimos cerrar ninguna discusión, no avanzamos, desconcertamos y enfadamos a la otra persona y no tiene utilidad ninguna por que no sabemos realmente que estamos discutiendo y no entendemos por qué..
Los reproches son algo muy poco útil en cualquier relación de pareja porque solo buscar hacerle daño al otro. Nunca construyen, solo destruyen. Podemos criticar algo que la pareja ha hecho o dicho si le decimos por qué nos ha molestado lo que ha hecho y como hubiese sido la mejor forma, desde nuestro punto de vista, de actuar. Si sustituimos los reproches por crítica constructiva, nuestra relación lo agradecerá siempre.
Discutamos cosas actuales, para solucionar problemas actuales. Es fatal echar constantemente en cara cuestiones ya pasadas, que no sirven ni aportan nada. Hay que cerrar los temas definitivamente y evitar las discusiones eternas.
En una discusión no se busca vencer, imponer, ganar, pisar, humillar, avergonzar, etc. Se busca contrastar y hacer más sólida la relación. No es una competición. Si discutimos para quedar por encima de nuestra pareja o para “defendernos” de ella, hay que revisar si debemos seguir juntos, si tiene sentido nuestra relación.
Las discusiones no pueden realizarse en cualquier momento y en cualquier lugar. Es importante que sea un momento lo más propicio para ambos, si puede ser de tranquilidad pues mejor. NUNCA hay que discutir en la cama. La cama es un sitio de descanso, ya sea dormir, tener relaciones, siestas o lo que sea. Discutir justo antes de dormir estropea la relación, las relaciones y el descanso.
Hay que evitar discutir delante de otras personas, da igual que sean familia o amistades. La discusión incumbe solo a la pareja y es la pareja la primera que debe poner soluciones.
Fuente: Iván Rotella