Honrar a nuestros Padres requiere coraje y una actitud emocional transparente, veraz y comprometida.
Se trata de amar reconociendo las heridas y permitiendo que nuestros Padres lleven la responsabilidad de lo que fue difícil o equivocado, y seguir amándolos con sus errores y su realidad, tal como es y tal como fue.
Se trata de aceptarlos con realismo, con respeto y con amor.
JOAN GARRIGA