La energía del enfado es un movimiento de vida válido.
Cuando arde con toda su intensidad en tu interior no ha de ser despreciada, negada o destruida.

No se trata de lanzarla a los demás atacando o culpandoles por cómo te sientes, sino de permitir que esa poderosa energía se mueva dentro de ti.

¿Podrías reconocer ese enfado sin identificarte con él?
¿Podrías permitirte sentir su poder sin huir de él ni juzgarlo como malo o dañino?
¿Podrías dejar que esa fuerza poderosa baile dentro de ti?
¿Podrías permitirte soltar todas tus imágenes de ti mism@ de niñ@ bueno@?

En terapia aprendemos a tolerar la energía del enfado, sosteniéndola junto al miedo que nos provoca.

Ser dueños de nuestra ira, sin anularla ni vomitarla, es la puerta hacia la pasión, el poder y la fuerza.
Después vendrá su expresión responsable, con asertividad y sin violencia.

Alberto Martín-Loeches
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