Todos los maestros nos dicen lo mismo: “Amar a los demás es el camino que nos lleva a la felicidad”. Pero la mayoría de nosotros no sabemos amar.
El camino al amor empieza con el conocimiento (información veraz). Luego viene la comprensión (experiencia personal). Sólo así es posible aceptar (dejar de reaccionar negativamente frente a lo que sucede) para poder finalmente amar (dar lo mejor de nosotros en cada momento).
Por el camino hemos de vencer a nuestro ego y para eso viene muy bien la ayuda de un proceso terapéutico, que nos ayudará a no auto-engañarnos en este proceso.
De ahí que si queremos saber cuál es la mejor actitud que podemos tomar en cada momento, tan sólo hemos de responder con nuestras palabras y acciones a la siguiente pregunta: ¿qué haría el amor frente a esta situación?
Nuestro esfuerzo consciente debe centrarse en aflojar nuestro ego, que con su actitud impulsiva e inconsciente nos impide amar, o sea, aceptar lo que sucede tal como viene y a los demás tal como son. Ésta es la causa real de todo nuestro sufrimiento.
Inspirado en un artículo de Borja Vilaseca
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