Ser un humano es como estar en una casa de huéspedes.
Cada mañana una nueva llegada.
Una alegría, una tristeza… aparecen como visitantes inesperados.
Dales la bienvenida y atiéndelos a todos ellos.
Haz los debidos honores a cada invitado.
Quizás te esté enseñando algo para tu regocijo.
El pensamiento oscuro, la vergüenza, la malicia…
sal a buscarlos a la puerta riendo, e invítalos a entrar.
Estate agradecido a quien quiera que venga,
porque cada uno ha sido enviado como un guía del más allá
(La casa de huéspedes) – Rumi
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