Cuando dudes de actuar, siempre entre “hacer” y “no hacer” escoge hacer. Si te equivocas tendrás al menos la experiencia.
Se lo que eres, no lo que los demás quieren que seas.
Escucha más a tu intuición que a tu razón.
Realiza algún sueño infantil (el tuyo)
Deja de criticar tu cuerpo. Acéptalo tal cual es sin preocuparte de la mirada ajena.
Otórgate un territorio personal donde nadie pueda entrar sin tu permiso.
Date permiso para acoger la sensación de felicidad.
No tengas dependencias.
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