El cazador de osos: Trata de ponerle trampas al terapeuta para demostrar que él es más apto que él. Viene a confirmar su neurosis.
El soberbio: Ve al terapeuta como si fuera su sirviente, le cambia el horario o le paga los honorarios cuando él quiere. Devalúa cualquier idea del terapeuta que no esté acorde con su estilo de vida. Critica todo para ponerse por encima.
El desesperado: Ya quiero acabar el proceso. Le pesa perder tiempo, como dice siempre que puede. Este tipo de pacientes creen que con pocas sesiones tendrán resuelta la vida.
El niño: Espera las respuestas del terapeuta para hacer cambios. No te responsabilizas.
El anciano: Cansado de la vida, los hombros caídos, poca ilusión por tener una mejor calidad de vida y continuas quejas.
El seductor: Trata de crear un vínculo amoroso con el terapeuta para evitar la resolución de sus problemas. Se resiste a crecer.
La víctima: Dice que lo han tratado mal, nadie lo ayudó nunca. Es una persona que generaliza y culpa a otros de sus desgracias sin admitir su responsabilidad.
[Tomado de un texto de Héctor Salama]
Artículo original: http://alex-psicoclinica.blogspot.com.es/2015/06/tipos-de-pacientes-frecuentes-que.html
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